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Desarrollo ¿a dónde vamos?

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La civilización moderna tiene cosas buenas, eso lo saben muchos porque se ve en la rutina diaria y en la propaganda comercial y política. Pero: – prados, bosques y otros paisajes, muchas veces los hace desiertos o basura; – envenena aire, agua y tierra; – extingue especies; – encierra a las personas en ambientes artificiales- destruye civilizaciones; – elimina islas y orillas de ríos mediante diques; – extermina vida del fondo del mar con redes de arrastre; – tapa el paisaje natural de las costas de ríos con basura y cascote; – draga y entuba arroyos, – cubre cada vez mas el mundo con cemento, ladrillos, asfalto, baldosas, lajas y basura, y de muchas otras maneras desordena, acelera el cambio; está destruyendo el mundo. Esto es una locura suicida. Pocos se dan cuenta, y no lo tratan como es necesario las autoridades de gobiernos ni los medios de difusión.

Los países más modernos, ¿cómo son? (lo que sigue son datos; eso es mucho mas que opiniones). Estados Unidos usa mas oxígeno (para respiración, industria, incineradores, descomposición) que el que produce con la vegetación terrestre y acuática; destruyó más del 80 % de sus bosques, prados y otros paisajes naturales. La ex Unión Soviética superó a casi todos los países en envenenar el aire, el agua y el suelo con desechos industriales, radiactivos (Chernobyl, es el caso más grande y más famoso, pero hubo muchos más) desechos de minería, y otros; está anulando el Mar Negro por proyectos de riego mal diseñados. Inglaterra consume más comida que la que produce. Japón está exterminando selvas en Asia y en América para tener madera. Y todo es cada vez más artificial y falsificado, la mentalidad moderna que lo causa, también.

Cosas como estas hay en todos los países «desarrollados». Y no es posible que todos los países lleguen a ser así porque no hay con qué: si todos usaran más recursos naturales, oxígeno o comida que los que producen, habría miseria, hambre y asfixia para todos, es evidente. Pero los que se sienten modernos quieren que todo sea moderno y nada funcionando de otras maneras; tratan de imponer su estilo diciendo «no se puede detener el progreso». Los modernos quieren conquistar todo, por astucia y fuerza bruta; usaron la mayor parte de sus propios recursos naturales, ahora se llevan los de otros países; explotan, consumen, destruyen. Con la propaganda, tratan de atraer a todos a su camino, pero, por lo que dije, es un camino suicida, autodestructivo sin futuro. Si todo el mundo fuera así, sería el suicidio total. Y lo llaman progreso, modernización, desarrollo. Esto NO lo hace «la humanidad», «el ser humano» ni «el hombre», lo hace la civilización moderna. No es obligatorio ni inevitable hacerlo, millones de seres humanos no lo hacen y viven bien en aldeas autosustentables.

Es imprescindible que más personas se den cuenta que hay maneras de vivir bien que no destruyen el mundo. De que es necesario, es muy bueno y se puede, convivir con otras civilizaciones, como las de los mal llamados «indios», y con los paisajes naturales y los animales y las plantas silvestres, y que hacerlo trae muchas ventajas, es mejor que exterminarlos como se hace casi siempre por rutina. Para esa convivencia hay que liberarse del prejuicio y error de creer que lo moderno es lo mejor en todo, o la única manera de hacer las cosas bien. – Hay que darse cuenta que en el estilo moderno hay tiranía, pobreza y derroche, destruye mucho más de lo necesario. Hay que dejar la idea de que ese tipo de progreso es «inevitable», que no se puede detener… esta idea es inculcada, repetida, y así casi todos nos acostumbramos a aceptarla. La idea de que esa clase de progreso es la única está en la frase «países en desarrollo», significa que tienen que ser «desarrollados»; pero esto, como expliqué, es imposible y, aunque fuera posible, por lo que dije no es bueno para la humanidad ni para el mundo.

Muchos creen en el «progreso» de este tipo porque somos inundados por propaganda diseñada para hacernos creer y desear eso; desde que nacemos, nos influencia y sugestiona en la vida diaria, por eso a la mayoría le parece natural y obvio pensar así. La opinión pública es un producto industrial, fabricado por la propaganda comercial y política, evidente o disfrazada de «información». Todo esto se hace para que los poderosos de la modernidad y la globalización dominen el mundo y nos dominen a todos. Es un poder basado en estudios psicológicos, sociológicos, de relaciones públicas, de control de masas y de «lavado de cerebros». Se pagan fortunas a equipos y empresas de especialistas en estos temas: consultorías de relaciones públicas y de marketing, los gobiernos y empresas que pagan estas fortunas lo hacen porque da resultado. La naturaleza y las civilizaciones no modernas NO TIENEN ESE TIPO DE PROPAGANDA, y no las conocemos todos los días; es por eso que convencen y entusiasman menos y por eso están siendo destruidas por el modernismo, que nos lleva a una situación infrahumana, de dominación por la economía y la tecnología.

El mundo venía ordenado, en buen funcionamiento, con todas las partes necesarias en las cantidades adecuadas.

Esto significa que también el ser humano tiene su cantidad apropiada y no tiene que estar por encima ni por abajo de ciertos límites, la población no puede crecer sin límites porque el mundo es limitado y no crece. Hay que elegir si el control del aumento de población va a ser irresponsable y cruel: dejar que aumenten las enfermedades, el hambre, las guerras, el horror, la locura, los desastres; o por técnicas bondadosas para limitar la fertilidad humana. ¿Vamos destruir personas o células? Cada hombre produce miles de millones de espermatozoides, cada mujer cientos de óvulos; la mayor parte se pierde, nunca todos llegan a ser personas; eso es natural, normal, sano, ético. Alguien me dijo que la solución es conquistar Marte. ¿Marte qué culpa tiene? ¿Porqué exportar a otro mundo un sistema sin futuro, en vez de corregirlo? ¿Y cuando Marte ya no alcance? ¿Vamos a aceptar que la humanidad siga siendo una fuerza destructiva en este mundo y en otros?

La solución bondadosa es AYUDAR A ENTENDER qué está haciendo la sociedad moderna con el mundo, y que EL MUNDO VENÍA HECHO Y FUNCIONABA BIEN. Todos los que pueden tienen que participar; si no va a haber mas y peores catástrofes. Tienen que ayudar hasta los que creen que no los toca o no les corresponde. Todos estamos en el mismo mundo (no en la «nave espacial tierra», frase de los que creen que todo es máquinas para que ellos las usen y rediseñen a su gusto).

Es bueno este proverbio chino: «Si no cambias de rumbo, vas a llegar a donde te estás dirigiendo».

En este caso, a un mundo arrasado, envenenado, destruido, horrible, donde la vida sería imposible.

Cada uno puede averiguar qué puede hacer en el proceso educativo para corregir esta tendencia destructiva, según sus habilidades, virtudes y posibilidades. El primer paso es averiguar, buscar la verdad, darse cuenta, conocer, entender, NO quedarse con ideas o creencias que en muchos casos dan resultados terribles, trágicos. No creer lo que otros dicen, averiguar uno mismo, observar con atención. Cuando se sabe, se ve muy claro qué hay que hacer.

La acción correcta nace de conocer la verdad, que tiene su propia fuerza, y es lo que no es mentira ni error.

Nota del autor: La violencia que se pueda percibir en este texto refleja la violencia del mundo.

Por Ricardo Barbetti
Ambientalista, experto en botánica y plantas nativas, director del área ecología del Museo Argentino de Ciencias, director del Centro de Información Ambiental, investigador, asesor y educador en cuidado del ambiente ricardo@macn.gov.ar

Publicado en la revista El VegetarianoVegano N° 23
Autor del cuadro: Ricardo Barbetti
Foto UVA

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